🧠 5 puntos clave para elegir ETFs como un profesional en México
- Revisa el TER, porque aunque sea bajo, puede comerse tus ganancias a largo plazo.
- El tracking error importa, te dice qué tan bien el ETF replica a su índice.
- Chequea el volumen diario, ya que influye en la facilidad para comprar o vender.
- El método de réplica cambia todo, sobre todo en transparencia y riesgo.
- La divisa y la domiciliación afectan tu rendimiento neto y la carga fiscal.
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1. ¿Qué es el TER y por qué importa tanto?
Primero lo primero: TER significa Total Expense Ratio o, en español, la proporción total de gastos. Este indicador nos dice qué porcentaje del dinero que metes en un ETF se va en costos operativos cada año. Aquí se incluyen cosas como:
- Comisiones de gestión del fondo
- Costos administrativos
- Custodia de activos
- Licencias para replicar índices
- Gastos legales y de auditoría
Por ejemplo, si metes $20,000 pesos en un ETF con un TER del 0.2%, estarías pagando $40 al año en comisiones. Y ojo, ese cobro no lo vas a ver como una salida directa de tu cuenta, porque se descuenta del valor del fondo, así que simplemente tu inversión crece un poco menos.
¿Y por qué hay que fijarse tanto en el TER?
Porque aunque un 0.2% suene a nada, con el tiempo puede comerse una parte considerable de tus ganancias. Piensa en dos ETFs que invierten en lo mismo, pero uno cobra 0.2% y el otro 0.6%. Si inviertes a largo plazo, la diferencia en costos se puede traducir en miles de pesos menos en tu bolsa.
Pero —y esto es importante— el TER más bajo no siempre es el mejor. Hay que revisar también qué tan bien replica el índice, qué tan fácil es comprar o vender ese ETF (liquidez) y qué tan confiable es la empresa que lo maneja.
2. ¿Qué es el Tracking Error y por qué debes checarlo?
Ya que entendimos el tema del TER, ahora toca hablar de otro punto igual de importante: el tracking error, o en cristiano, el error de seguimiento. Este indicador nos dice qué tanto se desvía el rendimiento del ETF respecto al índice que intenta copiar.
Por ejemplo, si inviertes en un ETF que sigue al S&P 500, esperarías que su rendimiento sea casi idéntico al del índice. Pero la realidad es que hay pequeñas diferencias por cosas como los gastos del fondo, cambios en su portafolio o qué tan bien replica al índice.
¿Y por qué debería importarte esto?
Porque un ETF con un TER bajito pero con un tracking error alto, puede estar haciendo mal su chamba. Si lo que quieres es que tu inversión refleje lo más fielmente posible el comportamiento del índice, necesitas buscar un tracking error bajito.
¿Qué tan bajo es bueno?
En general, si el tracking error está por debajo del 2%, se considera aceptable para un ETF de gestión pasiva. Si ya pasa de ahí, puede ser señal de que el fondo no está haciendo bien la réplica o que está operando con una estrategia más activa.
Al final, entender el tracking error te ayuda a saber qué tan preciso es ese ETF para seguir al índice y anticipar si podrías ver resultados distintos a los que esperas.
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3. Volumen: ese detalle que muchos ignoran y que puede costarte
El tercer elemento que no puedes dejar de revisar es el volumen, o sea, qué tanto se compra y se vende ese ETF todos los días. Este dato te da una idea de qué tan popular y líquido es el fondo.
¿Y por qué debería importarte la liquidez?
Porque si el ETF tiene un volumen alto, hay más gente comprando y vendiendo, lo que facilita que tú puedas entrar o salir cuando lo necesites, sin pagar de más. En cambio, un ETF con poco volumen puede ser más difícil de vender rápido, y los spreads (la diferencia entre el precio de compra y de venta) tienden a ser más amplios, lo que puede afectar tu rendimiento sin que te des cuenta.
¿Cómo usar el volumen para decidir?
Busca ETFs con un volumen constante y alto, lo cual te da mayor confianza de que podrás operarlos sin broncas. Eso sí, no te vayas solo con el volumen: combínalo con el TER, el tracking error y la calidad de réplica. Es el combo completo lo que te va a dar mejores resultados.
4. ¿Qué es la réplica y por qué tiene tanto peso al elegir un ETF?
Ahora que ya sabes cómo influye el TER, el tracking error y la liquidez en tu inversión, toca hablar de un punto clave pero muchas veces ignorado: la forma en que un ETF replica su índice de referencia.
¿Qué es exactamente la réplica?
La réplica se refiere a la estrategia que usa un ETF para seguir el comportamiento de un índice, como podría ser el IPC, el S&P 500 o el NASDAQ. Y ojo, no todos los ETFs lo hacen igual. Existen tres formas principales:
- Réplica física completa: El ETF compra todas las acciones del índice, en las mismas proporciones. Si replica al S&P 500, entonces tiene literalmente las 500 acciones que lo componen. Es la opción más directa y transparente.
- Réplica física por muestreo: En lugar de comprar todos los activos del índice, el ETF selecciona una muestra representativa que busca reflejar el mismo rendimiento. Esta técnica se usa cuando el índice tiene muchos componentes o activos difíciles de negociar.
- Réplica sintética: Aquí el ETF no compra directamente las acciones, sino que utiliza instrumentos financieros derivados (como swaps) para imitar el rendimiento del índice. En este caso, hay una contraparte —normalmente un banco— que garantiza los rendimientos a cambio de una comisión.
¿Y por qué te debería importar esto?
Porque la forma de replicar impacta directamente en la precisión con la que el ETF sigue al índice, así como en los riesgos que estás asumiendo. Checa esto:
- La réplica física completa suele ser la más fiel al índice, pero también puede ser más costosa.
- La réplica por muestreo es más barata, pero puede generar un mayor tracking error.
- La réplica sintética reduce costos y da acceso a mercados complicados, pero mete riesgo de contraparte, o sea, que la institución con la que firmaron el swap no cumpla con su parte.
¿Qué tan transparente es?
Los ETFs físicos suelen mostrar con claridad en qué están invertidos. En cambio, los sintéticos pueden ser un poco más opacos, porque los derivados financieros no siempre son fáciles de entender o seguir.
¿Cómo saber cuál elegir?
Depende de lo que buscas:
- ¿Quieres transparencia y menor riesgo? Ve por ETFs de réplica física.
- ¿Buscas eficiencia en costos o exposición a mercados raros? Considera ETFs sintéticos, pero solo si estás consciente de sus riesgos.
5. ¿Qué es la Domiciliación y por qué también cuenta?
Vamos con otro aspecto que muchos inversores en México ni siquiera consideran, pero que puede afectar fuerte tus rendimientos: la domiciliación del ETF.
¿Qué es eso de la domiciliación?
La domiciliación se refiere al país donde está registrado y regulado el ETF. Y aunque no lo parezca, esto tiene impacto directo en tus impuestos, en la regulación que lo rige y en la eficiencia operativa del fondo.
Por ejemplo, en Europa la mayoría de los ETFs están domiciliados en Irlanda o Luxemburgo, cada uno con sus propios beneficios.
¿Por qué es importante?
Porque dependiendo de dónde esté domiciliado el ETF, puede pagar más o menos impuestos sobre dividendos. Por ejemplo, los ETFs domiciliados en Irlanda tienen un trato fiscal especial con EE.UU., lo que reduce la retención sobre dividendos del 30% al 15%. Y eso, a la larga, aumenta tus rendimientos netos si inviertes en acciones gringas.
Además, la domiciliación también implica el tipo de regulación. Muchos ETFs europeos operan bajo la normativa UCITS, que garantiza ciertos estándares de seguridad, transparencia y protección para los inversionistas.
¿Cómo puedes saber dónde está domiciliado un ETF?
Revisa su código ISIN:
- Si empieza con “IE”, está domiciliado en Irlanda.
- Si empieza con “LU”, entonces es de Luxemburgo.
Esta info también aparece en la ficha técnica del ETF o en el KID (Documento de Datos Fundamentales).
¿Qué te conviene?
- Si quieres eficiencia fiscal y protección regulatoria, los ETFs domiciliados en Irlanda suelen ser buena opción.
- Pero si estás invirtiendo desde México, también debes checar cómo aplica la retención de impuestos internacionales, ya que algunos beneficios fiscales pueden perderse dependiendo del bróker o plataforma que uses.
6. ¿Qué onda con la divisa en los ETFs y por qué debes ponerle ojo?
En el mundo de los ETFs, la divisa no es solo la moneda en la que compras el fondo, también es la moneda en la que están denominados los activos que componen el ETF. Y sí, esto puede impactar directamente el resultado de tu inversión.
¿Qué significa esto exactamente?
Por ejemplo, un ETF que invierte en acciones de EE.UU. estará expuesto al dólar estadounidense (USD), aunque tú lo compres desde México. Si es de empresas japonesas, entonces estás expuesto al yen (JPY).
Ojo: hay una diferencia entre la divisa de cotización (en la que compras o vendes el ETF) y la divisa de los activos subyacentes. Puedes comprar un ETF en euros, pero si está invertido en empresas chinas, estarás expuesto al yuan. ¿El problema? El riesgo cambiario.
¿Por qué importa este detalle?
Imagina que el índice al que sigue tu ETF sube, pero la moneda extranjera en la que están esos activos se deprecia frente al peso. Resultado: tu inversión puede terminar perdiendo valor en pesos, aunque los activos hayan subido. ¡Vaya paradoja!
¿Cómo puedes protegerte?
Existen los ETFs con cobertura de divisa (currency-hedged ETFs), que usan derivados para neutralizar el impacto del tipo de cambio. Estos fondos buscan ofrecerte el mismo rendimiento que el índice, pero en tu moneda local. Eso sí, ten en cuenta que esta cobertura tiene un costo adicional, y no siempre es perfecta.
En algunos casos, mantener exposición a otras divisas puede jugar a tu favor, sobre todo si la moneda extranjera se aprecia frente al peso mexicano. Es una cuestión de estrategia y tolerancia al riesgo.
7. Política de distribución: ¿te pagan dividendos o los reinvierten?
Otro punto que puede cambiar completamente tu experiencia al invertir en ETFs es la política de distribución de ingresos. Aquí hay dos estilos: te pagan o reinvierten por ti.
¿Qué tipos de política existen?
- ETF de acumulación (Acc): Los dividendos e intereses que generan los activos se reinvierten automáticamente en el fondo, aumentando el valor de tu inversión sin que tengas que mover un dedo.
- ETF de distribución (Dist): Aquí el fondo te paga en efectivo esos ingresos, ya sea mensual, trimestral o anualmente. Tú decides qué hacer con ese dinero.
¿Cuál es mejor?
Depende totalmente de tus objetivos:
- Acumulación: Ideal si estás en modo ahorro a largo plazo. Dejas que el interés compuesto haga su magia y crezca tu capital con el tiempo.
- Distribución: Perfecto si estás buscando ingresos pasivos, por ejemplo, durante la jubilación o para complementar tu ingreso mensual.
¿Y los impuestos?
Sí, también aquí hay implicaciones fiscales:
- En un ETF de acumulación, no recibes dinero, así que usualmente no pagas impuestos hasta que vendas tus participaciones.
- En uno de distribución, los pagos sí pueden estar sujetos a impuestos en el momento en que los recibes, lo que puede afectar tu rendimiento neto.
8. Un ETF barato no siempre es un ETF eficiente
Muchos inversionistas se van directo por el ETF con la comisión más baja. Pero ojo, un TER bajo no siempre significa que estás haciendo la mejor inversión.
¿Qué es un ETF barato?
Uno que cobra poco por administrarte tu lana. Por ejemplo, un TER del 0.10% se considera bajo. Pero eso no garantiza que el ETF cumpla bien su función.
¿Qué hace a un ETF eficiente?
La eficiencia de un ETF se refiere a qué tan bien logra su objetivo: replicar el índice que sigue, con precisión, bajo costo y buena liquidez. Es una combinación de:
- TER competitivo
- Tracking error bajo
- Buen volumen de operación
- Estrategia de réplica adecuada
Caso real:
- ETF A: TER del 0.10%, pero con un tracking error del 1.5% y bajo volumen.
- ETF B: TER del 0.20%, pero con un tracking error de 0.3% y volumen alto.
¿Conclusión? Aunque el ETF A es más “barato”, el B es mucho más eficiente.
9. ¿Acumulación o distribución? ¿Cuál te conviene más?
Ya hablamos de cómo funciona la política de distribución, pero ahora toca preguntarte: ¿cuál elegir?
Cuándo ir por acumulación:
- Estás construyendo tu patrimonio para el largo plazo.
- No necesitas ingresos inmediatos.
- Buscas maximizar el crecimiento compuesto.
- Quieres eficiencia fiscal.
Cuándo ir por distribución:
- Quieres recibir ingresos periódicos.
- Estás en una etapa donde buscas renta pasiva (jubilación, semi-retiro).
- Prefieres tener control directo sobre tus dividendos.
No hay una respuesta única. Lo ideal es alinear esta decisión con tus objetivos financieros personales y tu momento de vida.
10. Cómo analizar un ETF como pro: JustETF, Morningstar y el KID
Ya tienes las herramientas conceptuales, ahora vamos a lo práctico: ¿cómo analizas un ETF antes de invertir? Hay tres recursos clave que te van a ahorrar dolores de cabeza.
1. JustETF – Comparador a fondo
Es una plataforma europea súper completa para buscar y comparar ETFs.
- Filtra por ISIN, réplica, política de distribución, divisa, etc.
- Compara varios ETFs lado a lado: TER, volumen, domicilios, etc.
- Simula carteras y evalúa rendimiento, asignación de activos, diversificación.
Ideal si te gusta entrar al detalle.
2. Morningstar – Análisis cualitativo
Aquí obtienes una visión más profunda:
- Rating de estrellas (1 a 5): basado en rendimiento ajustado al riesgo.
- Comentarios cualitativos sobre la gestora, estrategia y eficiencia.
- Datos duros: rentabilidad histórica, ratios financieros, volatilidad.
Perfecto para tomar decisiones más informadas.
3. KID del emisor – La ficha técnica esencial
El KID (o “Documento clave para el inversor”) es obligatorio y está súper estandarizado.
- Objetivos del ETF
- Nivel de riesgo (del 1 al 7)
- Costos detallados
- Política de distribución y método de réplica
- Información legal y de contacto
Siempre léelo antes de meterle lana a un ETF.